lunes, 17 de enero de 2011

Almohadilla espumante.

Vasos suspendidos
como burbujas de tergopol, y
los lobos de camisa
suspiran otra vez por
otra noche que no va a ser...
y que no va a hacer...
pasito quebradeño entre abismos
de azules dormir. Pero algo respira, algo aloja,
empaña vidrios y vuelve
a recobrarse en si,
entre los estigmas de las flores-cenizas
que siempre estan por retoñar
cuando abraza a lo que queda
cuando las tierras
se vuelven a empapar.

1 comentario:

Unknown dijo...

Había escrito dos segundos atrás.

Sabés, tengo la promesa del deseo y su complejidad eterna entre las burbujas del presente inexorable, tengo la mirada cálida que se recuesta sobre las bellezas conocidas y se renueva cada día intensamente, cada vez. Pero tengo, también, el síndrome innegable de lo incompleto, lo inconcluso de mis versos en los filos de mil abismos.