Sueños Purpuras

   Otro pellizco que te levante; esta vez un nuevo despertador que siempre canta en círculos.  
Pero el brillo es distinto, la calle se puso mas gris, la mirada de los viajeros se hacen tónica, 
de esas de no querer despertar del sueño que esta vez se opaca para volverse     gris.
No hay mas refugio que tu misma fortaleza, la que nunca se quejo, como las ramas  de los eucalyptus en viento invernal.
No dejare que el viento que hace crujir se lleve mis burbujas a donde las pueda olvidar.
El despertador me enterrara de un pisotón, pero usare su tiempo para que la luna se siga sentando junto a mi.

Laberinto de espejos

Como el ave que acaricia con sus alas el viento por la deriva el viento,
de una caída, de manzanas mordidas e ilusiones sin luz, al vacío infinito,
a la vida desde las cenizas, de los mares relajados y las brújulas ansiosas.
Los pétalos de sangre con el faquir, con las estacas y el veneno en los dedos.
Mojaré mis pies en el frío de tu naturaleza, solo para entender mas donde me sumerjo 
y en que aires las plumas doradas de sol dibujaran siluetas perpendiculares a la caída de otra estación.

Tinta de mensajero.

Una sonrisa se imagina a las manos en letanía,

como ceñida sin tiempo.

Porque espera que un latido retumbe en el viento.

Las promesas son fantasmas dulces,

testigos llorosos, que flotan cuando las palabras mienten.

De madera y plumas son mis brazos

que entretejen tu cintura para escuchar tu canto.

Pétalos y locura endulzan la amargura de las heridas en llanto.

Y el contorno desfigura los rieles,

de los árboles que chorrean mieles.