lunes, 20 de diciembre de 2010

Lapicera primitiva

destellos primaverales en la frente,
y las lunas, y las agujas, y las cenizas,
se escapan y se encierran en un devenir hacia adentro,
en un vaivén de postales y amaneceres,
sentir solo el viento, la claridad del sol reflejando huellas
en los espejos de la autopista,
donde todos siguen su rumbo,
donde a nadie le importa los barcos que van anclar,
ni los que van a seguir,
pero algo se detiene, se mira, se acomoda, imagina,
vive, siente,
se siente, se acomoda en una hamaca irreal,
y larga a reír, y después se hamaca,
quien sabe que otros juegos le espera,
quien sabe cuantas veces volverá a sentirse sainete antes de volver a escindir,
a contar dedos antes de saltar,
y a mirar hacia arriba antes de girar.

1 comentario:

Unknown dijo...

me acuerdo de la primera vez que te leí. sí, me acuerdo.

ahora me encanta y adoro tanto la ingenuidad que brilla en tus versos que derraman el aroma de la silueta de un ave cruzando el sol, la esfera perfecta que gobierna tu universo y el mío, y los restos de las bellezas que vendrán a desterrarnos si alguna vez enfermamos de es ta ti ci dad.

te quiero!